Aunque le des tu corazón Y, aunque le bajaras el sol Me pertenece Y, aunque le ruegues noche y día Y le cuentes maravillas Te aseguro que tú aún No la mereces Ahora resulta que soy yo En quien desquitas tu dolor Qué estupideces No te das cuenta que ella es mía Y que no existe hipocresía Porque ella a mí Me lo ha dicho tantas veces No digas mentiras Ella refleja en su mirar Y te lo puedo asegurar Se encuentra confundida No digas mentiras Ella se entrega sin dudar Y en su forma de acariciar Me llena de alegría Dejemos que sueñe que te bese y que me bese Al cabo que el amor Es de quien lo merece Y a poco no, mis Rieleros Primo Daniel Y échele, mi Río Grande ¡Qué bárbaros! ¿Pos qué no? ¡Claro que sí, oiga!, ujú, uh No digas mentiras Ella refleja en su mirar Y te lo puedo asegurar Se encuentra confundida No digas mentiras Ella se entrega sin dudar Y en su forma de acariciar Me llena de alegría Dejemos que sueñe que te bese y que me bese Al cabo que el amor Es de quien lo merece Al cabo que el amor Es de quien lo merece