Glorias mil de ti se cuentan, Oh, Ciudad de nuestro Dios. Tus mansiones se sustentan Al sonido de su voz. Sobre Roca estás fundada, Tus cimientos fijos son, Pues estás amurallada Con eterna salvación. Ved los ríos de agua viva Que por las praderas van; Su belleza nos cautiva, Nuestra sed apagarán. ¿Con sus aguas quién desmaya En la senda terrenal? Pues la paz con Dios se halla, Cual sus aguas en raudal. Al redor de sus moradas Ved la nube, ved la luz; Son las muestras señaladas De que cerca está Jesús. Habitantes bendecidos, Rescatados por su amor, Sois los santos escogidos, Sacerdotes del Señor. Si por Gracia fui escogido, Ciudadano soy de Sión, Aunque el mundo me rechace, Me glorío en mi Señor. Todo el mundo y su placeres Para mí ya nada son, Pues Jesús es el Tesoro Para Su pueblo: la Iglesia de Dios. "Su cimiento está en el monte santo. Ama Jehová las puertas de Sion Más que todas las moradas de Jacob. Cosas gloriosas se han dicho de ti, Ciudad de Dios. " Salmo 87:1-3