Me acusan de desconfiar y ser ladino De andar entre la noche y sin candil, Recostao al pampero que es, al fin, Quien de un soplido marca mi destino. Con ojos de tasador velan el alma, Con alma de cazador siguen al hombre, Castigo de quien se oculta o quien se esconde Entre la tempestad buscando calma. Me quedo con el monte, el sol y el agua, El grito del pirincho y el mujido, Vida y fuerza que toco y que concibo Y no un vano alquiler de fe y confianza. Vida y fuerza que toco y que concibo Y no un vano alquiler de fe y confianza. Por madre tuve la pampa y las estrellas, Por credo probé el pan duro y el buen vino, De hermanos tengo el ocaso y el estribo Y un montón de recuerdos haciendo mella. No me van a ganar jeteando a prepo Castigando con fuego mi poesía, No se gana rezando la hidalguía Ni se ata la razón poniendo un cepo. Me quedo con el monte, el sol y el agua, El grito del pirincho y el mujido, Vida y fuerza que toco y que concibo Y no un vano alquiler de fe y confianza. Vida y fuerza que toco y que concibo Y no un vano alquiler de fe y confianza. Vida y fuerza que toco y que concibo Y no un vano alquiler de fe.