La guitarra, para don Hilario Barrera No era sólo un madero trabajado Y no pocas veces pasaba a saludarla, a saber cómo estaba Y cómo anda ella? preguntaba No la deje en el estuche, acuéstela en el sofá, sobre la cama Ella necesita escuchar las voces, percibir los aromas de la casa Hoy don Hilaro ya no está Pero yo he sentido y no pocas veces La sensación de que mi vieja Barrerita que aun conservo Me pregunta por él Don Hilario barniza la madera y en su caricia parece lejano Su trazo va ondulando otra silueta Madera inerte que respira entre sus manos Don Hilario barniza la madera con el amor que siembra un artesano Las palmas con las grietas de los años, un tenue farol que lo alumbra Su rancho en la bajada por Ejido donde las olas le susurran Hilario detiene el tiempo y narra, y con su don da luz a otra guitarra El vozarrón de una nota del alma de un bordoneo Un cascarón de varilla semilla de acordes nuevos Un zurcidor que en caoba sin pinta las terminaba No se la lleva por lindas, es el sonido el que llama Don Hilario domando la madera y la viruta cubriendo sus pasos La lima dando piel a los detalles En un mosaico de rombito encolados Don Hilario domando la madera con el amor que siembra un artesano La larga cabellera en la ventana del sauce que se despeina Perfume de aserrín cabalga el aire y la madera es la reina Hilario detiene el tiempo y narra, y con su don da luz a otra guitarra El vozarrón de una nota del alma de un bordoneo Un cascarón de varilla semilla de acordes nuevos Un zurcidor que en caoba sin pinta las terminaba No se la lleva por lindas, es el sonido el que llama Don Hilario barniza la madera y con su don da luz a otra guitarra