Algo me dice que la puta tristeza, en campos de mi cabeza, Quiere volver a echar raíces. Y que la vieja soledad de mi se ha vuelto a acordar y su cuerpo querrá Que mis dedos lo acaricien. Algo me dice que fauces de oscuridad quieren despedazar La luz que riega mi cabaña, Que no se achantan con mis mañas Y con más rabia se ensañan pa arrancarles las entrañas A mi sediento manantial. Algo me dice que la agria apatía Anda por aquí escondía y quiere subirse encima De mi, para hacerme un infeliz, pa rajarme la sonrisa, Pa romperme la autoestima. Algo me dice que dentro de mi quieren volver a vivir días de perros, Con sus vientos feroces dando coces al rugir pa destrozarme por dentro, Con su ejército de nubes meando paburrir; tormentas, rayos y truenos, Y el puto frío que, para dormir, volverá a elegir el confor de mis huesos. Ando tocao, pero no hundío, y, aunque algo dolío, Hay que ponerse pie. Voy a ver si consigo hacer las paces conmigo, pa volver a quererme, Pa volver a querer, pa salir de mi encierro y espantar días de perros Y aprender a ganar aprendiendo a perder. Porque si ando gris, de to reniego, y con ponerme ciego no adelanto ná Si hago sufrir a quien me quiere y quiero, si me coso al suelo sin pegar puntá. No levanto cabeza. Me chuto pereza. Tengo las alas mojás De albergar temporales que entran y salen y me ponen pingando, Y me estoy cansando de tanta humedad y de ir a rebufo del tufo Que deja el querer cuando se pudre, Pues me vuelvo a oxidar y me cubre la herrumbre. Y, si ando gris, de to reniego. Y con ponerme ciego no adelanto ná Si hago sufrir a quien me quiere y quiero, Si sigo en mis trece y me escuece hablar... Y esto no es plan, esto no es plan.