Que te luzca siempre una sonrisa Que vayas dando palos de ciego y se te vean los dientes carboneros; El corazón no se llena con dinero. Busca en esta vida un sol en la entrepierna Para que las noches no sean tan eternas; De vez en cuando suéltame un beso A tus besos no hay Dios que los tenga encerraos. No hay Dios que los tenga encerraos. Siempre hay una mosca en la sopa Que no para de joder; Y un saltamontes echando la siesta En una cuerda de tender. Una persiana rota en la cabeza Del que nunca se ha sentido bien; Y un gemido que para salir No necesita pedir la vez. No necesita pedir la vez. Vamos a llenar de sudor Y saliva las mañanas; Y darnos rienda suelta Como en una mala canción. Voy a quitarme la careta De rebelde y soñador; Voy a ser todos los días Mucho más cabrón. Que rebelde y soñador.