Yo nunca despierto con un mismo cuerpo Y me gustaría poder repetir. Hoy será rubio, Mañana mestizo Y, con suerte, algún día me acuesto con mellizos. Pero, nunca, señores, nunca, Señores, nunca despierto con un mismo cuerpo. Es una pena Que yo no puedo Disfrutar de unas tostadas. Es una pena que yo me muera Sin probar tres días la misma saliva. El tacto se vuelve divino. Sólo con mirar a un hombre sé que no puedo esperar Que se quede a merendar. Yo nunca despierto con un mismo cuerpo Y me gustaría poder repetir. Hoy es danés, mañana francés Y se ha dado el caso en que han sido tres. El tacto se vuelve divino. Sólo con mirar a un hombre sé que no puedo esperar Que se quede a merendar.